Está visto y comprobado que si el fotógrafo sabe darle al botón en el momento adecuado, cualquier persona puede pasar desapercibido entre la gente que está apreciada físicamente. Pues éste fue mi caso. Me hicieron un reportaje fotográfico o un book, como se le llama en el argot farandulero, hace cuestión de un mes por primera vez en mi vida. Me sentí terriblemente incómodo durante las primeras fotos, en las que no encontraba la forma de "seducir" al objetivo. Poco a poco, supongo que es lo normal, fui entrando en calor en todos los sentidos, los focos iban aumentando la luz de mi expresión y me iba sintiendo más cómodo a medida que los flashes iban aumentando. Era divertido ver como el fotógrafo estaba deseando que le sonriera, cuando a lo que estoy acostumbrado es a todo lo contrario, a que sean los demás lo que se rían. Aún así puedo decir que la experiencia fue fabulosa y que, si me lo proponen y es vestido, lo volvería a repetir encantado, ya que el fotógrafo no quedó totalmente orgulloso de su trabajo. Yo le comenté que es mi cara y que no tenía arreglo y había quedado demasiado bien.
Mi pánico a la poco fotogeneidad demostrada por mí en anterioridad me hacía temblar, pero no, no me queda otra que agradecer a Luis, ese tipo que se tomó a modo de reto personal, sacarme bien en al menos el 10% de las fotografías que me lanzó aquella mañana.
Así que iré poniendo poco a poco las diferentes fotos que me hizo. Para mi gusto y para ser yo, no están nada mal. Arrumacos para tod@s.
NOTA. Si picas en la imagen verás un video de una sesión de fotos que una famosa revista le hizo a una actriz.... española. Así da gusto trabajar... ¡¡¡AAAAYYYY OMA QUE RICA!!!
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