Bien es sabido por mis conocidos, que una de mis otras grades pasiones es el baloncesto. Desde pequeño vi la magia de Johnson, los vuelos de Jordan, el ímpetu de Thomas y luego fui madurando a la par que un joven escolta de Philadelphia demostraba al mundo entero que Michael Jordan no tenía sustituto, pero sí a alguien para hacerle sombra. Siempre me gustó el juego de Kobe Bryant, directo, efectivo y con pocas fisuras. Pero fue a partir del año pasado, cuando el Ala -Pivot catalán, Pau Gasol, firmó por la escuadra angelina, cuando empecé a vibrar y a trasnochar viendo los partidos de este magnífico equipo. El año pasado no pudo ser, ya que los Celtics vivieron una segunda juventud y se llevaron las series finales por 4-2, pero este año se veía venir. Han sido los más regulares, con sus momentos bajos y sus momentos altos, si siempre ganaran no tendría emoción alguna. Y estoy contento por ellos, por ellos y por mí ya que siempre aposté por el equipo de púrpura y oro y para ellos va dedicado mi post de hoy (parece que me hacía falta una excusa para escribir algo).
En otra ocasión hablaré de la ausencia de emisiones de estos partidos en directo por TV, ya que parece que es más importante poner a una niña con escote pidiéndote que llames y digas que animal de 8 letras está escondido entre esa enorme sopa de letras, pero esa es otra historia y ahora no es momento de contarla. Enhorabuena Gasol, enhorabuena Lakers.
PD. Adjunto está el collage que le he hecho a la plantilla vencedora... aún no me defiendo con soltura en el Photoshop, pero no queda mal
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