Uno..dos y tres…puntos
No es un ejercicio de aeróbic sino el resultado que tuvo nuestro equipo el pasado domingo en tierras de cava, sardanas y caganets. Los periquitos empezaron, como su propio apodo indica, piando y estuvieron a punto de liárnosla en los primeros minutos, pero salió nuestro portugués favorito, cuando le conozca personalmente le pediré un par de toallas de esas que no secan, solo mueven el agua por el cuerpo, y explicaciones sobre el tópico del reparo a la depilación de las lusas.
Los primeros minutos del partido me recordaron a esas pachangas colegiales en los que jugaba 5º de EGB contra 8º de EGB y los chicos corríamos detrás de los mayores como ratillas. Pero todo dio un plácido vuelco y el tikitaka, maldita palabra que el enano de la sexta nos ha metido directamente en el alfabeto, reinó en el campo a favor de mis verdiblancos.
Cuando los aficionados periquitos, y los béticos, que no eran pocos, empezaban a desenvolver el bocata y pensando en la bronca que echar a la madre por ponerle el salchichón seco, apareció el más pequeño de la clase. Riverita, que es un diminutivo de un diminutivo, puesto que la rivera, es algo más pequeño que una ría que, a su vez, lo es de un río. Convirtió el gol como a nadie nos gusta… de infarto, en la repetición incluso nos mordíamos los nudillos pensando que el balón no entraba o llegaba el defensa a despejarlo. Hay jugadores tan malos que marcan un gol y en la repetición lo fallan. Pero este no es el caso y nos fuimos al vestuario con 0 a 1 que, tratándose de nuestro betis nos dejaba más tranquilos pero con más moscas detrás de la oreja que en el rabo de los leones de Ángel Cristo.
Comienza la segunda parte casi del mismo modo que la primera, con los pericos buscando el empate y encontrándolo en un gol de falta directa. Cuantas voces han dicho “Ricardo pudo hacer más” y en otras ocasiones pudo hacer menos, ahí mi voto de confianza para el luso, aunque sus mujeres no se depilen.
Era entonces cuando todos temíamos una encerrona atrás tipo “Evasión o Victoria” a la que otros entrenadores habrían optado. Nada más lejos de la realidad. Caffa, Edu y Pavone, con dos cojones, asediaban la portería del portero españolista, que no pudo hacer honor a su apellido y mantener su “Casilla” a cero.
Edu…huyy, Caffa…uuuyy, Edu otra vez. Parecía que el gol iba a tardar más en llegar que los matrimonios homosexuales, pero no, tardó mucho menos, unos dos mil años menos. Llegó de una contra rápida, incisiva y con más peligro que Eduardo Manostijeras poniéndose Hemoal.
El partido terminó de la segunda manera que más gusta terminar, marcando el gol de la victoria en el último momento, la que más gusta es con una docena y media de goles a favor y ninguno en contra.
Lo de Iván Larriba, locutor de Radio Betis, gritando el gol no tiene nombre, solo que en otra vida en vez de periodista habrá sido pregonero o buceador, pero no de los que van debajo del agua, sino de los que dan voces desde lo alto del monte para que se entere todo el pueblo. Es un gustazo oír el partido aquí en radio betis, es dinámico y con mucho sentimiento porque cansado de locutores deseosos de la victoria del rival bético, fuera quien fuese, opté por escuchar al locutor del ppv, que es para darle de comer a parte, con los leones malos y los niños que pegan mocos debajo de las mesas. Ayer el primer gol, en el momento se lo adjudicó a Pavone, lo cual es comprensible debido a la rapidez de la jugada, más que el cartero del correcaminos, pero en la repetición volvió a decir, viéndose claramente el nombre y el dorsal de Rivera, que el autor del gol había sido Pavone y Rivera el autor del pase. No das ni una macho, que ves menos que un muerto bocabajo. Con Iván y compañía, el partido se escucha de otro modo, más entretenido, son locutores que siempre están hablando, como las máquinas de tabaco de los paritorios, y así se lleva mejor un partido.
En fin, la crónica de un partido que ya pasó, tres puntos más para la saca. Ahora toca el deportivo que viene más mosqueado que Calimero en un kinder sorpresa. A sacar otros tres puntos que vendrían de fábula para dejar de ponernos el dedo negro cuando buscamos a nuestro equipo en la clasificación del periódico.
No estaré en las gradas, pero estaré al tanto de lo que suene en la radio que me vio nacer como crónico cómico deportivo, la radio de todos los béticos. Radiobetis
Los primeros minutos del partido me recordaron a esas pachangas colegiales en los que jugaba 5º de EGB contra 8º de EGB y los chicos corríamos detrás de los mayores como ratillas. Pero todo dio un plácido vuelco y el tikitaka, maldita palabra que el enano de la sexta nos ha metido directamente en el alfabeto, reinó en el campo a favor de mis verdiblancos.
Cuando los aficionados periquitos, y los béticos, que no eran pocos, empezaban a desenvolver el bocata y pensando en la bronca que echar a la madre por ponerle el salchichón seco, apareció el más pequeño de la clase. Riverita, que es un diminutivo de un diminutivo, puesto que la rivera, es algo más pequeño que una ría que, a su vez, lo es de un río. Convirtió el gol como a nadie nos gusta… de infarto, en la repetición incluso nos mordíamos los nudillos pensando que el balón no entraba o llegaba el defensa a despejarlo. Hay jugadores tan malos que marcan un gol y en la repetición lo fallan. Pero este no es el caso y nos fuimos al vestuario con 0 a 1 que, tratándose de nuestro betis nos dejaba más tranquilos pero con más moscas detrás de la oreja que en el rabo de los leones de Ángel Cristo.
Comienza la segunda parte casi del mismo modo que la primera, con los pericos buscando el empate y encontrándolo en un gol de falta directa. Cuantas voces han dicho “Ricardo pudo hacer más” y en otras ocasiones pudo hacer menos, ahí mi voto de confianza para el luso, aunque sus mujeres no se depilen.
Era entonces cuando todos temíamos una encerrona atrás tipo “Evasión o Victoria” a la que otros entrenadores habrían optado. Nada más lejos de la realidad. Caffa, Edu y Pavone, con dos cojones, asediaban la portería del portero españolista, que no pudo hacer honor a su apellido y mantener su “Casilla” a cero.
Edu…huyy, Caffa…uuuyy, Edu otra vez. Parecía que el gol iba a tardar más en llegar que los matrimonios homosexuales, pero no, tardó mucho menos, unos dos mil años menos. Llegó de una contra rápida, incisiva y con más peligro que Eduardo Manostijeras poniéndose Hemoal.
El partido terminó de la segunda manera que más gusta terminar, marcando el gol de la victoria en el último momento, la que más gusta es con una docena y media de goles a favor y ninguno en contra.
Lo de Iván Larriba, locutor de Radio Betis, gritando el gol no tiene nombre, solo que en otra vida en vez de periodista habrá sido pregonero o buceador, pero no de los que van debajo del agua, sino de los que dan voces desde lo alto del monte para que se entere todo el pueblo. Es un gustazo oír el partido aquí en radio betis, es dinámico y con mucho sentimiento porque cansado de locutores deseosos de la victoria del rival bético, fuera quien fuese, opté por escuchar al locutor del ppv, que es para darle de comer a parte, con los leones malos y los niños que pegan mocos debajo de las mesas. Ayer el primer gol, en el momento se lo adjudicó a Pavone, lo cual es comprensible debido a la rapidez de la jugada, más que el cartero del correcaminos, pero en la repetición volvió a decir, viéndose claramente el nombre y el dorsal de Rivera, que el autor del gol había sido Pavone y Rivera el autor del pase. No das ni una macho, que ves menos que un muerto bocabajo. Con Iván y compañía, el partido se escucha de otro modo, más entretenido, son locutores que siempre están hablando, como las máquinas de tabaco de los paritorios, y así se lleva mejor un partido.
En fin, la crónica de un partido que ya pasó, tres puntos más para la saca. Ahora toca el deportivo que viene más mosqueado que Calimero en un kinder sorpresa. A sacar otros tres puntos que vendrían de fábula para dejar de ponernos el dedo negro cuando buscamos a nuestro equipo en la clasificación del periódico.
No estaré en las gradas, pero estaré al tanto de lo que suene en la radio que me vio nacer como crónico cómico deportivo, la radio de todos los béticos. Radiobetis
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