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jueves, 25 de septiembre de 2008

CRÓNICA F.C. BARCELONA - REAL BETIS (Cómica)


DONDE LAS DAN, LAS DAN


A las 21.30 de la noche, el estómago pica y pide comida, y el árbitro Daudén Ibáñez, no iba a ser menos. A esa hora estaba yo delante del televisor, gracias a la sexta por no ponerme al calvito ¡¡jugón!!, viendo a mi glorioso en uno de los estadios más difíciles del panorama futbolístico mundial. En la primera parte parecía el Betis subido aún en el autobús, algo perdido, sin saber que asiento ocupar y cantándole al chófer algo como “para ser conductor de primeeeera, aceleeera, aceleeeera…” y yo le cantaría a Daudén “para ser árbitro de primeeera, no te comas el penalti, no te comas el penalti”, que aunque no tenga rima, lleva un mensaje, que es lo que está de moda en las canciones de hoy día.
Probablemente estaríamos hablando de un resultado muy diferente y favorable si el hecho hubiera sido justo pero, la justicia es lo que tiene, en ese momento tragó saliva, que ya se podría haber tragado el pito y decidió ahorrarse la pitada, valga la redundancia, de los allí presentes en las gradas. El Barça tiene un gran equipo, eso no se puede negar, pero ya basta. Tienen plantilla como para no tener que hacer un “pero” en sus crónicas, aunque si vienen de un periódico de Madrid,… siempre tendrán “peros”. En resumidas cuentas, el partido de ayer lo podría comparar con las peleas del colegio. El más fuerte era el que más amiguetes tenía y, además de quitarte el bocadillo, te pegaban y te esperaban en la puerta de la calle para darte aún más porque, en un ademán de defenderte, habías rozado al matón y eso le había ofendido.
De momento estamos dando buena imagen que dentro de poco se reflejará en la tabla, el tiempo me dará la razón. Hay mimbres para ello, esta frase siempre me gustó. Ni que fuéramos a hacer una cesta para meter las manzanas, esa cesta que siempre está en casa, que nunca sabemos cómo llegó, pero que todo el mundo tiene en su casa. Las hay grandes, que sirven para llevar la ropa de la lavadora al tendedero, las hay medianas, a las que ponemos una servilletita, de papel por supuesto, y la usamos para poner el pan en la mesa, y las hay pequeñas, que venían con un jabón que nos regalaban al comprar un litro de jabón hipoalergénico de la toja, pero esa es la que tiramos porque termina cogiendo mal color en el baño.
Mención especial para los dos goleadores de ayer. Monzón, que para el que no lo sepa, es un pueblo de Huesca y un viento periódico especialmente conocido en el sur de Asia, estrenó sus botas doradas marcando un golazo y dejando sensaciones muy positivas. Y José Mari, que ganas tenía, me recordó al único gol que metí en mi equipo del colegio, en el que salté, canté, bailé e incluso grité, como si de la final de la champions league, copa de Europa por aquél entonces, se tratase. Espero que sea el primero de muchos José Mari, tus ganas no te las discute nadie. Enhorabuena.
Buen sabor de boca… sí y no, para mí es como si después de comerme un buen plato de jamón serrano, lo tengo que echar para abajo con un vino don simón, que es el sabor que se queda al final, aunque ya vendrán los mejores tiempos, a partir del sábado empezaremos a degustar los Pata Negra, Viña Ardanza o Protos, uff… me voy a cortar unas sabanitas…

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