ATRACO A LAS CINCO
¿Qué es lo que más le gustaba al dioni en su época de vigilante de seguridad?, robar, ¿qué es lo que más le gusta a ese primo coñazo que nos daba todas las Nochebuenas y nos ponía en ridículo delante de nuestra familia?, fastidiar, ¿y qué es lo que más le gusta a Nacho Vidal de su trabajo?, dar por culo. Pues una mezcla de todo es lo que hizo el tío de las tarjetitas este domingo en el santuario heliopolitano.
El Inter de la palmera, más inter que nunca, salió a hacer un partido práctico y sin complicaciones que se le puso cuesta arriba con dos decisiones de toma pan podrido y moja en esta riquísima salsa de soja caducada. No sé si Turienzo es padre, pero como sea tan estricto a la hora de educar a los hijos, la niña llega virgen a las bodas de plata y el niño tarda más que yo en ver una teta.
El Málaga, se llevó un botín demasiado abultado para el esfuerzo que hizo en el campo, que fue limitarse a recoger los regalos que el energúmeno, prenda, gualtrapa, individuo, árbitro de poca monda, les iba concediendo.
El primero fue una falta de Melli, entendible por el destiempo de la acción, pero incomprensible por la falta de contacto. El segundo es un penalti que se sacó de la manga, como los magos malos, viendo como un impotente jugador que no llegaba al balón se lanzaba al suelo viendo la presión de dos defensores. Y el tercero, dos amarillas más que discutibles al que, hasta el momento, estaba siendo uno de los jugadores más determinantes del plantel verdiblanco. Dice que le hizo un corte de mangas, de magas no, lo que le tenía es que haber cortado los brazos y las piernas.
Hoy, con el transcurso de la pasada noche de por medio, lo pienso todo más fríamente y no me cago en la santa madre que parió al árbitro, no señor, me cago en todo su árbol genealógico y en el tío que le puso “APTO” en sus pruebas de acceso a colegiado. Será un castigo indirecto por reírme al principio del partido de uno de sus árbitros asistentes, con el pelo más blanco que miliki y me salió un comentario “¡¡anda!!, este árbitro se ha traído al padre”.
Nunca digo que haya árbitros que vayan en contra del betis ni de ningún equipo, a favor, puede que los haya, pero en contra ninguno, los árbitros son más malos que un canapé de whiskas, la comida de los gatos.
E incluso me estoy planteando la posibilidad de hacer las pruebas para árbitro, colegiado o como leches se denomine ahora, seguro que me lo paso bien, puedo convertirme en un gran árbitro y ganar mucho dinero como cronista deportivo, o puedo ser como Turienzo, malo, muy malo, y doy por culo, y eso que me llevo para mi cuerpo. Dicho queda
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