CRÓNICA SEVILA F.C. - REAL BETIS (Cómica)

NERVIÓN VOLVIÓ A TEMBLAR (1-2)

Muy acostumbrados estaban por el Corte Inglés a que su estadio temblara de emoción y de éxito, pero en esta ocasión fue al ponerse de acuerdo unas 40.000 personas para patalear de rabia al ver como su “orgullo de ser palangana” lo echaba por tierra el grandioso, el increíble hulk y el, como no, Inter de la Palmera.

En la primera parte reconozco que mi deseo de dejar de fumar se vio truncado cuando veía que el partido iba a ser físico y de muchísimos nervios, así que agarré bien el marlboro y el mechero y al final del partido el cenicero parece que lo hubiera sacado del plató de “Que grande es el cine”.

Voy a sincerarme, tengo un vecino justo en el piso de encima que se lleva todo el día arrastrando muebles, sillas y todo lo que toca el suelo de su casa “rojiblanca” como él mismo la define, y cuando su Sevilla marcó en fuera de juego dio un grito que se escuchó hasta en Fraga, el bonito pueblo de Huesca que tuve el honor de visitar el pasado viernes. Pues bien, Melli la colgó y Sergio la metió, fue tal el salto que di que casi toco con la cabeza el techo y le hubiera devuelto los golpecitos, pero fue en el gol de Oliveira, eso es un regreso y no el Armstrong, cuando grité y lancé al aire varios “toma, toma y toma”, y este vecino, al que me cruzaré y le dedicaré una de mis mejores sonrisillas, hizo mutis y se metió en la cama a llorar.

Como a llorar se fue media Sevilla mientras la otra media se iba a celebrar con alegría la victoria de su equipo. El lunes será uno de los días más felices de media Sevilla, porque estaremos deseando llegar al trabajo para coincidir con los compañeros sevillistas, y hacer ese cruce de comentarios y gracejos que hacen de este derby sevillano uno de los partidos más vistosos e interesantes del Futbol mundial.

La semana pasada aseguré que lo único que quería era que, se diera el resultado que se diera, el Betis saliera del campo con la cabeza alta, pues tan alta la llevaban que podían ver desde dentro a la gente entrando en el multicines que hay al lado del circo en el que los gladiadores de la palmera pudieron con las que, a priori, se temían más fieras que nunca.

No me puedo olvidar de agradecer a los aficionados, que supieron mantener la compostura y dar ejemplo a toda España y de un jugador que resucitó este último derby, Arzu, ojalá pudiéramos ver al nazareno en ese nivel todos los partidos. Dicho queda.