CRÓNICA REAL BETIS - GETAFE C.F. (Cómica)

DOS PARTIDOS DE 45 MINUTOS

Eso es lo que me pareció el partido del domingo ante la el equipo del barrio de Alfonso Pérez Muñoz. En el primer tiempo me pareció volver a ver, después de mucho tiempo, al Inter de la Palmera del que tanto me gusta presumir, pero en la segunda mitad se volvió como si de un calcetín sudado se tratara o tratase, sacando la peor de sus caras.

Fallón en la defensa y con pocas ideas en ataque, parecía como si tras la expulsión de Juande, el resto de jugadores hubieran caído en una gripe tan profunda que les hacía tener alucinaciones, ver balones donde nos los había y ver jugadores donde solo había césped y charcos, supongo que pudo ser efecto del reflejo con dichos charcos.

Esto me recuerda a los sábados por la noche de mi adolescencia, con 23 o 24 años, sí, es que a mí me duró bastante más, es más creo que soy el único adolescente de el país con 29 años.

Los sábados por la noche también tenía yo alucinaciones, y no porque tomara algún tipo de medicamento prohibido por el gobierno, sino porque mi autoestima estaba casi sin estrenar y me parecía conveniente pensar que todas las mujeres estaban locas por mí. Cuan enorme era mi sorpresa al ver que noche tras noche era todo lo contrario, pero muy similar al último encuentro que vivimos en este nuestro estadio.

Las mujeres me dejaban atacar, me esperaban atrás mientras yo golpeaba con una o dos de mis mejores miradas, ¡¡que las ensayaba en el espejo!!, y la verdad es que no me parecían nada desagradables, no eran las de McGyver, pero tampoco estaba mal.

Cuando pensaba que estaba todo controlado me tomaba un descanso, me iba al baño para darme los últimos retoques en mi peinado modelo Joselito de los ochenta, mantenido con un buen toque de laca Nelly y unas gotas de esencia Varon Dandy.

Inmediatamente me disponía a rematar la faena con un par de frases ingeniosas como “nena, soy el padre de tus futuros hijos” o el siempre infalibe “estudias o trabajas”, cuando me veía sorprendido con dos tortazos como la catedral de Sevilla y la de Notre Damme. Una vez me veía solo y con los dos tortazos dados, me alegraba por no haber recibido también una patada en la entrepierna, no porque ella no tuviera ganas en el momento, sino porque tuve la suerte de esquivarla a tiempo, ya que soy especialista.

Espero que el resultado de este sábado sea el mismo que tuve al entrar a formar parte de Radio Betis, que el betis gane por cero goles a dos, por los dos bombones que me acompañan desde hace año y medio. Dicho queda.