CRÓNICA REAL BETIS - SPORTING DE GIJÓN (Cómica)

Y VOLVEEEER VOLVEEEER

Como sonara en la ranchera que da título a mi crónica, que no recuerdo si era de los panchos o de otros, sea de quien fuera una ranchera es más aburrida que un bautizo sin convite, el Betis volvió a ganar en el estadio unos cuantos meses después de que lo hiciera por última vez allá por mediados del otoño pasado, cuando todavía no empezaban ni a caer las primeras gotas del frío de cojones que nos ha acompañado en el ya pasado y largo invierno, y esta primavera que ha empezado más fría que un iglú con las ventanas abiertas.

El rey de la noche no fue otro que Emaná, un tío que con perseverancia ha conseguido convertirse en el emblema de este Betis, un tío humilde y honrado, como yo, que soy tan honrado que hace poco encontré un trabajo y lo devolví.

Pero este tío nacido en yuan… yagun…. Yungaun… en Camerún, siempre ha tenido mi ojo encima, porque sabía que nos podía dar lo que nos está dando ahora. Ahora mismo no es solo un tío que está más duro que un contrachapado de hormigón, sino que es capaz de dar, crear y marcar, un tío completo, más completo que la caja de los Juegos Reunidos.

Ya van 37 puntitos, probablemente a dos vitorias del final, a ver si son contra el valencia y el español y podemos disfrutar del resto de la liga como no lo hemos hecho de aquí para atrás, que seguro que más tranquilos somos capaces de quedarnos a pocos puntos de la UEFA, ¡¡y eso sí que nos va a joder!!

Y en menos de tres días nos volvemos a ver en Heliópolis, que sí, que nos vemos el miércoles por allí, sí, en el Jamaica, sí sí, con esa camarera que tiene toda la cara de Karina hartita de garbanzos con menudo, sí, que te atienden rápido rápido, y una higiene… ¡oh!, les falta limpiar los vasos con un salivazo y ala, listo para poner otra copita, por eso yo me pido un botellín, que ya lo escupo yo.
Que nos tomamos doce copas, y luego en el campo le decimos al que está a nuestro lado “Tío, me encuentro regular, la última me ha matado, la última era garrafón seguro”, claro está que las once de antes no era agua oxigenada, pero a alguien había que culpar.

Oxígeno es lo que ha cogido el glorioso gracias a estos últimos seis puntos que nos hacen estar en medio de todos, tenemos los mismos por delante que por detrás… no sé hasta qué punto eso es bueno, porque eso de tener gente por delante y por detrás me recuerda a la cola del paro, que en la oficina que yo sellaba había trabajando un tío que se llamaba Curro y una vez una compañera de éste le preguntó si había tóner en la impresora, pero se lo preguntó en voz alta “¿Hay Curro?” y éste contestó “muchísimo”, en cuestión de segundos la oficina se quedó vacía… dicho queda.