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domingo, 26 de abril de 2009

CRÓNICA R.C.D ESPAÑOL - REAL BETIS (Cómica)


SIGUE SIN HABER MANERA

El cambio o “efecto Nogués” solo duró un par de partidillos, que menos mal que fueron victorias, pero volvimos a ver el Betis insulso y aburrido del resto de jornadas que, por desgracia, nos viene teniendo acostumbrados los últimos años.

Si después de esto seguimos siendo béticos es que tenemos el corazón fuerte, seríamos incluso capaces de no llorar en el encuentro de Marco con su madre, o en el momento en el que Clarita se levanta de su silla de ruedas después de las magistrales clases de “andar” que le dio Heidi.

El partido contra el Español se presentaba como una buena oportunidad de mirar de lejos los puestos de descenso y, para eso, debió haber salido con otra actitud más agresiva, con más mordiente, pero durante el partido se vio a un Betis más inocente que un episodio de “La aldea del arce”.

Lo que sí me extrañó no es que no hubiera goles en el casillero verdiblanco, sino que ni siquiera hubiera un triste “uy”, y eso que en la radio del club le ponen emoción a las retransmisiones que, probablemente, estén patrocinadas por las pastillas con cafinitrina, por eso del riesgo de infarto.

Además, los que no pudimos desplazarnos a Barcelona, tuvimos que conformarnos con, perdón por la expresión, una mierda de multiretransmisión que ahora le ha dado por “regalarnos” la sexta, un canal de TV que siempre tendrá elogios de mi parte, pero con esto de querer abarcar todos los partidos nos está dejando más mosqueados que un pingüino en el Aquópolis.

Ahora toca enjuagar el nudo de la garganta a base de manzanilla, fino y rebujito, pero hay que tener cuidado con esto del alcohol, que tiene malas consecuencias, si estás en la feria y cada vez que abres la boca te sabe todo a albero, prueba a darte la vuelta y levantarte, que tienes un pelotazo como un mulo.

El alcohol, al igual que el tabaco, tiene muy mala publicidad. Del tabaco dicen que cada cigarrillo te quita cinco minutos de vida, normal, lo que tardas en fumártelo. Pero del alcohol yo puedo sacar algo positivo. Estamos en un país que te tomas doce copas y, de camino a casa, le dices a tu colega “Tío, la última me ha matado, era garrafón seguro”, que seguramente las once copas de antes eran de agua oxigenada.

Pues en la feria toca hablar poco de fútbol y bailar muchas sevillanas, que aún sigue habiendo pocos hombres que bailen sevillanas. Yo aprendí de adolescente cuando me enteré que las mujeres se peleaban por un hombre que bailara bien, y era verdad, se peleaban por mí, pero para bailar, luego se enrollaban con mi amigo el que ni cantaba, ni bailaba, ni tocaba las palmas, pero era el más mono. Con los buenos piropos que yo he soltado siempre “Cariño, te ponía una manzana en la boca y te chupaba hasta que te saliera sidra”, así me fue. Dicho queda.

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