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miércoles, 22 de abril de 2009

CRÓNICA REAL BETIS - VALENCIA C.F. (Cómica)


CADA EQUIPO NO TIENE LO QUE BUSCA


Cada equipo no tiene lo que busca, y es lo que le pasó a ambos equipos que este miércoles pisaron el impoluto césped del Coliseo verdiblanco, el Valencia se llevó una victoria con dos detalles más nítidos que un píxel de un Sony Bravia (este chiste es para modernos) y el Betis buscó una victoria que de no ser por la diferencia en la definición el resultado hubiera sido bastante diferente.

Muchos se pensaban que el “efecto Nogués” duraría hasta final de temporada y acabaríamos en puestos de UEFA, ni seamos tan optimistas, ni pesimistas porque los que andan por debajo han pinchado como si de la rueda de un R-12 Turbo se tratara.

En la primera mitad bostecé tanto que la mandíbula aún se me resiente, que partido más soso por favor, hasta Manolo el del bombo hubiera tirado la maza y se hubiera comido el bocata antes del pitido que marcaba el intermedio.

No me quiero olvidar del árbitro de la contienda. Pérez Lasa no tiene nombre de árbitro, tiene nombre de empresa de Autobuses como mucho, además es más malo que un domingo de ramos con unos zapatos de dos tallas menos. No solo es malo, sino que además es pedante, creyendo que los jugadores cuando se dirijan a él lo deben hacer como si lo estuvieran haciendo ante el mismísimo Papa, pero el Papa de antes, que me gustaba más, este no me termina de convencer, me he fijado que el traje le queda grande y más que un papa parece una talega de pan.

En la segunda parte parecía que todo iba a cambiar, pero no fue más que un mero espejismo y una “frivolité” de uno de los mejores delanteros del mundo nos trastocó todos los planes. Y a pocos minutos se marcó otro golito después de que nuestro añorado y querido Joaquín se marcara una de las jugadas de la noche.

Nos fastidiaron los planes estos ches. Me recuerda a mi etapa de adolescente cuando quedaba con alguna chica, que no eran muchas las ocasiones, y después de esperarla durante más de una hora, siempre tuve mucha paciencia, me daba la vuelta y me iba a mi casa con el olorcito a Brumel aún en el cuello. Sí, lo reconozco, yo de adolescente usaba Brumel, será por el hecho que olía a señor mayor, y yo con catorce años me sentía como uno de 29, ahora con 29 vuelvo a sentirme como uno de catorce, las vueltas que da la vida, pero no, ahora no me pongo colonia Baby Johnson.

Ahora toca el Español, que es donde tenemos que sacar los tres puntos para hacer ver que en nuestra liga somos unos de los mejores, por no decir el mejor. Hay que aprovechar ese colchón de puntos, pero no por oír la palabra colchón nos tenemos que echar a dormir, bueno yo sí que puedo, pero los futbolistas y el equipo técnico deben llegar descansados a los entrenamientos como si hubieran dormido abducidos por el látex de estos colchones modernos que anuncia el hombre sin bigote que se hace llamar Constantino Romero, ¡qué raro está sin bigote el cabrón!

Yo sigo enganchado a mi colchón, que ese no me falla nunca, porque yo le quiero, lo trato bien, lo acaricio e incluso le he besado alguna noche en la que he vuelto algo más perjudicado de la cuenta, pero eso… es otra historia. Dicho queda.

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