Ésta es la marca que llevaré de por vida encima de mi tobillo. Después de muchos años dudando y cuando más osado me veía no se daban las circunstancias convenientes, por fin me decidí a hacerme el tatuaje que quería. Ha quedado mucho mejor de lo que jamás hubiera imaginado, gracias Rafita. Ahora es el momento de darle publicidad a ese pedazo de artista que no me hizo saltar ni una sola lágrima. Higiénico al más no poder, currante nato, con los mejores materiales del momento y, sobretodo, unas ganas terribles de hacer el mejor trabajo. Ahora sí, no puedo engañar a nadie, no debo mentir sobre una realidad que en casos es evidente y en otros es utópica o inexistente, por desconocimiento, no por inerte... hacerse un tatuaje duele de cojones. Yo por suerte no me hice la última cena de Leonardo Da Vinci, pero no por eso puedo decir que el escorpioncito no me pareció tener vida a ratos y que quería pagar conmigo toda la furia que llevaba dentro. Lo que sí puedo decir es que el sacrificio ha merecido la pena, me gusta, vendrá conmigo a todos sitios y será cuidado como si de un hijo se tratara o tratase, ahora ya por fin tengo una excusa para ducharme todos los días, hasta en invierno!!. Arrumacos para tod@s
Pincha en la imagen y verás una clara explicación de todos los pasos que hay que seguir para hacerse un tatuaje...¡¡interesante!!
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