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domingo, 17 de mayo de 2009

CRÓNICA REAL BETIS - ALMERÍA (Cómica)


DIAGNÓSTICO: BÉTICO

- Papá, ¿qué te ha dicho el médico – preguntaba el niño de seis años a su padre que lo miraba cabizbajo
- Hijo mío – se pone en cuclillas ante su hijo – no es una buena noticia, estás infectado, eres portador del virus de las trece barras, tu vida cambia a partir de hoy. Tu madre no era aficionada al fútbol y pensé que saldrías a ella, pero no, has salido a mí. Tendrás altibajos en tus sentimientos, problemas de corazón, a veces llorarás sin saber por qué y con el tiempo te darás cuenta que no eres el único que porta ese virus, lo que te hará más fuerte día tras día.
- Pero papá, podré vivir como una persona normal ¿no?.
- Claro que sí, pero los lunes serán días difíciles para ti y para todos los que son como nosotros, porque esta enfermedad, que la suelen llamar “beticismo” nos hace sufrir mucho más de lo que merecemos. A veces queremos cosas que no pueden darnos e incluso nos piden algo que no podemos ofrecer.
- Pero, ¿este virus tiene cura?
- No tiene cura hijo mío, morirás con ese virus paseándose por todo tu cuerpo. Pero si puedes sentirte mejor cada domingo y afrontar la semana con mucho mejor estado de ánimo, pero depende de once señores a los que tendrás que ver todas las semanas y visitar cada quince días.
- ¿Los médicos papá?
- No hijo mío, los médicos no pueden hacer nada para curarte, pero estos once señores, que no siempre serán los mismos, pueden hacer que te encuentres mejor o peor, así que tu vida estará atada al comportamiento de estas once personas
- A ver si me he enterado. Tengo una enfermedad, que tiene mucha más gente, que no se puede curar y que dependo de once personas para mejorar o empeorar mi estado de ánimo…
- Si hijo mío, sí… - responde el padre secándose las lágrimas con un pañuelo blanco con sus iniciales bordadas en verde
- Y ¿cómo se llama esa enfermedad papi?
- Se llama beticismo y no tiene cura
- ¿como la iglesia del pueblo… que tampoco tiene cura?
- No hijo no – ríe el padre con los ojos llorosos – que no se puede curar
- Bueno, pues no me importa papá – le agarra de la mano – iremos siempre los dos juntos para pasarlo lo mejor posible
- Claro que sí hijo mío, seguro que sí
Puestos en camino con dirección hacia el estadio el niño le pregunta a su padre:
- Papi, ¿podré comer pipas?...
- …
Dicho queda…

1 comentarios:

Anónimo dijo...

monstruo soy el betico clasico despues de muchisimo tiempo,o mejor dicho mucho mas que eso me he dignado a entrar en el blog y te puedo asegurar que me arrepiento de tardar tanto tiempo pero no de decirte lo mismo de siempre con esta cronica me has alegrado un bajon que he tenido

un abrazo tu amigo