VERDE COMO EL BLANDIBLÚ
Seguro que casi todos recordáis aquella pasta verde y pringosa con la que jugábamos y nos pringoteábamos las manos de pequeños, pues esa es la sensación que me dejó el partido frente al Español. Un equipo que mancha mucho al rival, puesto que se tienen que tirar al suelo para poder quitarles la pelota, pero que a la hora de definir, es blando.
El Inter de la Palmera desplegó un juego que ya casi no recordábamos verlo asiduamente, pero a la hora de definir estuvo más inocente que un contrabando de piruletas. Se erraron varias ocasiones, y bien es verdad que todos cometemos errores e incluso yo lo admitiré cuando tenga uno si lo tengo, pero fueron tantas para tan poca recompensa que sería comparable como si Cristóbal Colón, después de pegarse semejante panzada de kilómetros se encuentra en vez de América a un islote del tamaño de la isla Perejil.
De nuevo uno de los más participativos fue el camerunéshispalense Achilipú Emaná, que tuvo en sus botas tantos goles que la cabeza del pichichi podría estar ahora mismo encabezada por dos cameruneses. Pero tuvo mala suerte, más mala suerte que el que le tuvo que comprar un pijama al amante de su mujer porque el suyo le quedaba grande, más mala suerte que el real mandril sembrando tulipanes, más mala suerte que el hombre que dejó que su suegra sacara a pasear al perro y ambos fueron secuestrados, bueno quizá este hombre no tuvo mala suerte, bueno sí, por el perro sí.
La puntería es algo que se puede afinar en este betis, porque si yo tuviera que afinar la puntería, la mejor opción sería poner a alguien odiado en un punto determinado y ala, a apuntar. Podríamos poner a varios, Zapatero, Rajoy, Esperanza Aguirre, Sofía Mazagatos e incluso se me ocurren muchos más, pero “no fiarze zeñore” porque cualquiera diría que estoy señalando a alguien en concreto.
Novenos no está mal para estas alturas de campaña, más aún sabiendo y habiendo visto el fútbol que despliegan las botas de tan admirados y trabajados futbolistas
En esta liga en la que estamos es difícil ganar varios partidos seguidos, más difícil que cambiar de sexo a un berberecho, pero si se sigue demostrando este pundonor, entrega y calidad que se viene mostrando en las últimas fechas, no solo no se pasarán apuros, sino que con este betis, cualquier cosa es posible, como en las películas de Enrique y Ana, en la que eran capaz de definir qué era un coconut después de haberse pateado media montaña, si es que… dicho queda.
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